Este
PDF trata exclusivamente de la Domus
Fortuna; está escrito por una profesora de arqueología de la Universidad de
Murcia llamada Begoña Soler Huertas en la revista AnMurcia[1].
Sin lugar a dudas, es un artículo
que merece la pena leer si estamos especialmente interesados en las formas
arquitectónicas de la vida doméstica romana. El escrito comienza narrando la
historia del descubrimiento, allá por el año 1990 cuando se procedió a construir
un inmueble en la zona y se realizó un sondeo que dejaba en evidencia una
precedente construcción. De esta manera se dio con la Domus Fortuna, cuya
excavación llegaría a su fin once años después, en el 2001.
Antes de adentrarse en el minucioso
análisis de la vivienda procede a presentarnos tanto un plano de Cartago Nova
como las estructuras arqueológicas encontradas en la calle colindante[2],
la cual estaba por lo visto muy cerca del decumano
y en la que se cimentaban sendas insulae,
las cuales nos muestra con diferentes planos y fotos, de una calidad un tanto
pedestre. La tercera parte del trabajo de la profesora Soler Huertas está
centrado en analizar las calzadas de la Calle Duque a las cuales dedica gran
tesón hablando sobre los muros y pavimentos que las jalonan al mismo tiempo que
advierte el desconocimiento general que tenemos sobre el trazado urbano de
Cartago Nova. No obstante, esta presentación de las calzadas no es otra cosa
que un exordio para adentrarnos más de lleno en la explicación de ambas insulae, la A y la B, la cual comienza
con una árida explicación sobre la largura de los muros para seguir
ulteriormente con la descripción constructiva del interior del inmueble así
como su decoración como un enlosado con material reutilizado de tégulas,
losetas y ladrillos cerámicos en la ínsula A.
A mitad de la obra se puede ver como
el trabajo va dedicado exclusivamente a la Domus
Fortuna presentando tanto su longitud como su anchura y sus materiales y
técnicas constructivas junto con la amortización de los espacios. Si se me
permite la reiteración, se echa bastante en falta el uso de fotografías en
mejor calidad, pues las habidas son de una nitidez engorrosa por no hablar de
que carecen de color alguno.
El artículo llega a su fin con una
serie de conclusiones que realiza la autora acerca del espacio privado en la
ciudad de Cartago Nova. Hace especial hincapié en la separación de las
estancias nobles de las del servicio doméstico así como a un supuesto impluvium que hubiese podido hacer de
pequeña fuente en el patio central de la vivienda ya que la función de
almacenaje de agua está completamente desechada.
Echando un rápido vistazo a la
bibliografía empleada por la progenitora del texto se puede ver una fastuosa
documentación caracterizada por una retahíla de títulos dedicados tanto a la
pintura como al mosaico sin olvidar por supuesto, las obras dedicadas a los
espacios arquitectónicos romanos.
PUBLICADO POR IVÁN QUESADA MAYO
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